Incorporar a los nuevos dispositivos mejoras con cuentagotas.
Una estrategia que debería desesperar a un consumidor que ha adoptado una actitud de mercado pasiva con una proyección proactiva ausente.
En una economía de consumo sorprender es esencial para perseguir el fin dinamizador: consumir.
Los fabricantes son conscientes de lo importante que es administrar el efecto sorpresa en el consumidor potencial. Y no dudan en introducir con cuentagotas mejoras tecnológicas ya amortizadas. Preocupados más por continuar el teatro tecnológico de mercado no dudan en convertirse en meros trileros para ensimismar al compulsivo comprador de tecnología.